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los detalles del segundo día de la Semana de la Moda de París
La Semana de la Moda de París sigue captando la atención internacional con propuestas innovadoras y originales. En este tercer día, las pasarelas se vieron repletas de contrastes: desde colecciones de diseños históricos reinventados hasta exploraciones de nuevas tendencias de volumen, sensualidad y minimalismo futurista.
La colección otoño-invierno 2025-2026 de Chloé, presentada por Chemena Kamali, mostró una evolución cuidadosa de la identidad de la marca, especialmente a través de la blusa, que Kamali considera un reflejo de los cambios sociales.
La pasarela estuvo llena de blusas de seda en tonos marfil y durazno con mangas de gran volumen y hombros pronunciados. También destacaron los vestidos de encaje con péplums voluminosos, que aportaron una frescura a la estética tradicional de la marca.
Kamali equilibró influencias históricas con toques modernos, aunque algunos looks se sintieron sobrecargados con accesorios, lo que dejó la sensación de que la diseñadora podría explorar más su firma personal.
SIluetas del desfile de Chloé
Off-White presentó una propuesta que parecía un viaje al futuro. La colección otoño-invierno 2025-2026 destacó por su enfoque en piezas futuristas, con chaquetas estructuradas y formas anguladas que desafiaron las convenciones de la moda tradicional.
Las prendas parecían sacadas de un mundo paralelo, donde la tecnología y la moda se fusionan en una estética de vanguardia. La paleta de colores metálicos y detalles en texturas innovadoras dejaron claro que Virgil Abloh sigue explorando los límites de lo posible.
SIluetas del desfile de off-White.
La colección de Rabanne, bajo la dirección de Julien Dossena, marcó un giro hacia una estética más sobria y reflexiva, influenciada por el cine de Fassbinder y la música de Sinéad O’Connor.
El desfile presentó capas complejas y texturas ricas, que contrastaron las prendas elegantes de tweed y las faldas largas con influencias punk, como kilt de cuero y detalles de piel sintética.
Dossena ofreció una crítica punk a la vestimenta burguesa, mientras que las prendas militares fueron reinterpretadas con un toque dandy. A través de sus diseños, exploró los miedos y tensiones del presente, proponiendo una visión de la moda más desafiante y reflexiva.
Siluetas del desfile de Rabanne.
Christopher Esber presentó una colección que fusionó flamenco, flapper y surf. La colección, influenciada por la cultura japonesa y la danza flamenca, mostró un equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, con piezas que exploraban técnicas como los adornos de cuerda y la manipulación de telas.
Los vestidos de satén y el uso de tejidos más opulentos aportaron una mayor densidad a su habitual estética ligera, marcando una evolución en su estilo y la madurez alcanzada tras su victoria en el ANDAM.
Siluetas del desfile de Christopher Esber.
Ellen Hodakova Larsson presentó su colección, que exploró las tensiones entre la fragilidad y la fuerza del cuerpo humano. La pasarela, cargada de piezas de cuero y prendas que evocaban figuras estilizadas, dio paso a un concepto de sensualidad y vulnerabilidad.
A través de vestidos con cortes circulares y prendas que mezclaban la dureza del punk con la delicadeza de la alta costura, Larsson mostró una visión de la mujer en un contexto de lucha y liberación. La colección fue una reflexión profunda sobre las restricciones físicas y emocionales del cuerpo.
Siluetas del desfile de Hodakova.
Uma Wang, en su colección, fusionó referencias artísticas y escultóricas con siluetas modernas y envolventes. Inspirada por la obra de Piero della Francesca, la diseñadora presentó faldas con volúmenes amplificados y prendas que enfatizaban la forma femenina.
Las técnicas artesanales, como los bordados y el uso de tejidos como la cachemira de doble cara, dieron a la colección una riqueza táctil que se contrastó con las formas arquitectónicas de las prendas. Wang exploró el concepto de «mujeres que ocupan espacio», creando una colección que desbordaba feminidad y presencia.
SIluetas del desfile de Uma Wang.
Rick Owens presentó su colección con un enfoque más aterrizado y accesible. Lejos de las presentaciones teatrales de otras ediciones, esta vez apostó por prendas más funcionales, pero sin perder su esencia avant-garde.
Bombers de cuero, chaquetas con péplum y prendas de lana gris se acompañaron de piezas de escultura corporal, como sudaderas que se moldeaban al movimiento del cuerpo.
Owens demostró que incluso las prendas ‘básicas’ pueden llevar su firma única de lujo experimental, mientras mantenía la propuesta provocadora con detalles como lentes de contacto negros, su toque de misterio característico.
Siluetas del desfile de Rick Owens.
Schiaparelli llegó con una colección llena de elegancia, con una paleta de colores que incluyó negro, marrón y azul oscuro. Los vestidos largos y los abrigos de pelo destacaron como piezas sofisticadas que marcaron la pasarela.
Sin embargo, fueron las tendencias emergentes, como los brillos sutiles, las transparencias y el uso del denim en una versión más lujosa, las que definieron la colección. Con un toque de sensualidad y modernidad, Schiaparelli sigue consolidando su lugar en la vanguardia de la alta costura.
Siluetas del desfile de Schiaparelli.
Isabel Marant destacó por su uso del cuero, los brillos y las transparencias. Los tonos grises y granates dominaron la pasarela, con una fuerte presencia del rojo y los lunares.
La colección jugó con la dualidad de la mujer moderna, fusionando elementos de sensualidad con estructuras más rígidas y definidas. Marant presentó una visión fresca de la moda femenina, utilizando encajes y tejidos fluidos que permitieron un juego dinámico entre lo suave y lo fuerte.
SIluetas del desfile de Isabel Marant.
Cada desfile del tercer día de la Semana de la Moda de París mostró una visión distinta sobre las complejidades y la belleza de la moda contemporánea, con énfasis en la historia, la sensualidad y la experimentación, estableciendo una narrativa de contrastes que marcó este capítulo de la temporada.