Tots a la taula, un archivo ‘fashion’ de alquiler que escapa de las tendencias efímeras y reivindica una moda en la que quepamos todas

La ropa que llevamos es mucho más que algo material o estético: es una declaración de intenciones, es una personalidad, es un mensaje y, sobre todo, es una historia. Aquello que vivimos, nuestra vestimenta lo experimenta con nosotras y dar una segunda vida a una pieza, permitiendo que otros la luzcan, no solo significa que estemos haciendo un favor a la industria fashion (que es una de las más contaminantes del mundo) y al planeta, sino que estamos dejando que esos diseños encuentren nuevas formas de existir, y quien ahora los viste también.

El hecho de dar un nuevo uso a ropa antigua (que conocemos como ‘de segunda mano’ o vintage), ya sea comprándola o vendiéndola, favorece el sistema de moda circular, que busca minimizar el desperdicio y aumentar la vida útil de la ropa (que no es poca). Y si a esto, además le sumamos la posibilidad de llevar un diseño de archivo que ni en nuestros mejores sueños nos habríamos planteado, imagínate lo cool que puede llegar ser. Así pensaron María Carreté y Ana Fort, dos amigas y emprendedoras, de origen valenciano y catalán, que juntas han decidido construir su propio universo de moda vintage y hacerla más especial que nunca con Tots a la taula, que en castellano significa, nada más y nada menos que ‘Todos a la mesa’ pero, ¿qué tiene que ver una mesa con la moda de segunda mano? Preguntamos a las fundadoras.

«Al final las dos somos apasionadas de la moda y sentíamos que es un mundo precioso, pero también tiene un punto, muchas veces, como un tanto frío, ¿no? Es como un tiburón gigante que se come a los pececitos. Entonces la idea del proyecto surge con la intención de “queremos un lugar donde esto no ocurra”. Dentro de lo que existe, nos podemos salir con un pequeño circulito propio en el que nos sintamos cómodas, tanto nosotras como la gente que forme parte del proyecto o que quiera consumir parte de nuestras piezas», explican María y Ana. «Nuestro nombre es Tots a la taula, que significa “todos a la mesa” y el eslogan quiere decir que “aquí todo el mundo cabe”. No queremos esos prejuicios tan fríos porque, aquí estamos todas y todas somos iguales. Al final nosotras somos como un armario colectivo, porque nuestro archivo proviene de diseñadores y estilistas creativas que cuentan con perfiles superdistintos y que nada tienen que ver el uno con el otro. Y estas diversas colaboraciones abren el abanico de posibilidades a la hora de elegir y vestir distintas prendas», explican. Y es que este concepto tiene tanto sentido como el poder llevar un Versace de archivo (de los que incluyen en su catálogo) en pleno 2025 y llevarlo como cada una quiera y, por supuesto, combinarlo con lo que cada una prefiera.

«Dentro de este gran universo de la moda, Tots a la taula es como un pequeño lugar en el que todas cabemos y se convive de manera muy orgánica. De repente tenemos archivo de una influencer con renombre hasta de una tiendecita de Valencia que tiene antigüedades y cuatro piezas de ropa. Pero, sea cual sea, el mimo y el cariño siempre es el mismo», añaden las emprendedoras.

De sobra se sabe, a pesar de que a veces haya que recordarlo, que la fabricación de ropa (especialmente por parte de grandes cadenas o tiendas de moda low cost) tiene un altísimo impacto medioambiental, incluso la ONU considera a la moda como la segunda industria más contaminante del mundo, según compartió en la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) el pasado 2019. En este sentido, proyectos como Tots a la taula hacen que esta industria sea, al menos, un poquito mejor para el planeta y, nosotros, los consumidores tenemos mucho que hacer. «Es importante partir de la base de que realmente podríamos ahora mismo parar de fabricar ropa en el mundo y habría suficiente para vivir hasta el fin de nuestros días. Nosotras le damos más valor a la esencia de la moda. Al final, para nosotras la clave es la atemporalidad», destacan.

Realmente podríamos ahora mismo parar de fabricar ropa en el mundo y habría suficiente para vivir hasta el fin de nuestros días

El ‘renting’ como futuro del consumo más ‘cool’ en moda

El alquiler de ropa es una tendencia que llevamos viendo desde hace años, especialmente de cara a piezas de invitada o diseños especiales que buscamos para eventos pero, al igual que confiamos en este servicio para una ocasión concreta, ¿por qué no hacerlo para el día a día? 

«Este modelo ayuda a un consumo mucho más consciente. Desde nuestro punto de vista supone estar en contra un poco de todo lo que son las microtendencias y las tendencias. Al final el fast fashion también promueve la fabricación de ropa y hay que saber que una tendencia tiene fecha de inicio y de caducidad… Los géneros, los patronajes, el mimo, el cariño… es una cosa que no tiene nada que ver con eso», añaden Carreté y Fort.

Hace años, la moda de segunda mano era considerada algo austero por muchos, sin embargo, en la actualidad, dar una segunda (o tercera o cuarta) vida a la ropa es cool. «¿Ha cambiado entonces la forma de pensar del consumidor?», preguntamos a Ana y María, pero ellas van más allá: «La mentalidad se enfoca más a nivel de valores, como el de acabar un poco con el sobreconsumo, con el fast fashion… Nosotras pensamos que la moda es una cosa atemporal. Entonces, creemos que las tendencias es algo que ya se tiene que acabar. Por suerte, cada vez hay más cabida para proyectos como el nuestro, que abogan por ser más conscientes y saber que se puede alquilar una pieza por un día y que no es necesario que se quede en tu armario». 

Creemos que las tendencias es algo que ya se tiene que acabar

El renting se convierte así en el hilo conductor que da sentido a Tots a la taula y su archivo circular. «Tenemos la web con el catálogo. Recibimos las consultas y vemos disponibilidad e informamos del precio. En caso de que esté disponible, pasamos un presupuesto, el cliente tiene que firmar un contrato porque al final es una pieza que no es nuestra, sino que viene del archivo de alguien. Se cobra una fianza y dependiendo de la prenda es más o menos elevada». Fácil, ¿no?

De una cena de amigos a emprender en moda

Fue el pasado mes de febrero de 2025 cuando María y Ana inauguraron su proyecto con una pop-up en Barcelona, concretamente en la tienda de Nerve Vintage y, desde entonces, no han parado de moverse. «Nos conocimos de casualidad en una cena. Conectamos y, a partir de ahí, nos seguimos la pista. Admiramos mucho el trabajo de la otra (María es directora de arte y Ana se dedica a las relaciones públicas) y surgió en un momento de querer emprender», recuerdan.

Unas prendas de archivo directas a la maleta

En pleno verano han cogido sus mejores diseños de archivo y se los han llevado hasta Los Felices, el único hotel en el mundo dedicado a la moda, ubicado (como no podía ser de otra manera) en Ibiza, donde quien se aloja vive una una experiencia inmersiva en el mundo fashion y del arte, ya que las propias habitaciones son homenajes a diseñadores y profesionales de renombre y cuentan con su propia Fashiontèque, una biblioteca de revistas especializadas en moda. Entre los colaboradores que han participado en la creación de este espacio único destacan nombres como: María Bernard, Georgia Palmer, Alicia Morgand & Baptiste Lemaire o Pawla Casanovas, entre muchos otros. Mientras que Tots a la taula se ha sumado a su espacio Pop-up Room: una habitación polivalente disponible para firmas. Curated by Los Felices Ibiza, es la tienda conceptual desarrollada por el dúo creativo María Carreté y Ana Fort para esta temporada en la isla. 

«Conocemos de cerca a los dueños de Los Felices y cuando vieron que el proyecto había salido a la luz, nos escribieron porque les gustó. Esto es una oportunidad increíble», confiesan. En la isla balear han apostado por dar un giro a su modelo de negocio ofreciendo una pequeña selección de prendas a la venta: «Al final, el alquiler no tiene tanto sentido porque no estamos en una ciudad, como Barcelona. En Ibiza al final es un cliente que viene de de vacaciones y entonces decidimos abrir una línea de venta, en principio, porque al final todo cambia de forma… El público de cada ubicación es superdiferente, no tiene nada que ver».

Pero de siempre se sabe que, más allá de la fiesta, la isla también es sinónimo de moda pero, ¿qué prendas vintage son las que más triunfan? «Hay dos vertientes muy distintas, hay una que es como todo lo que tenga que ver con formas más fluidas, orgánicas, que sea todo un poco más del estilo isleño típico. Y después hay otras que es como todo lo contrario, como piezas que son como mucho más de archivo y especiales. Al final estamos en un hotel que está vinculado directamente con el mundo de la moda y eso se nota», cuentan.

Las ‘joyas fashion’ del archivo de Tots a la taula

Una penda vintage, lejos de la austeridad, se convierte en todo un tesoro. El archivo con el que trabajan María Carreté y Ana Fort, que sigue evolucionando, cuenta con auténticas joyas, tal y como cuentan a Mujer.es. «Tenemos un vestido de Versace, que es del armario de Ana Morillas, una estilista de Barcelona, y que es una de las piezas más especiales. Tenemos también una blazer de Mugler de los 90, también que es de de Nina Urgell, que es una influencer...». 

Al mismo, se suman diferentes selecciones vienen de Ahida Agirre (Bilbao), Ana Murillas (Barcelona), Ángela Gómez (Barcelona), Garazi Cortazar (Barcelona), la ya mencionada Nina Urgell (Barcelona), Backrow archive (Barcelona), Groupie archive (Madrid), Fauntleroy (Barcelona), Casa Amunet (Barcelona), Nerve vintage (Barcelona), Madame mim vintage (Valencia) o Gafas Galore (Madrid). Y en conjunto, combina distintos mundos y referencias para dar forma a un lenguaje nuevo, donde lo clásico y lo contemporáneo se mezclan sin reglas fijas. «Alquilamos ropa de archivo vintage, piezas únicas que han vivido otras historias y que ahora encuentran nuevas formas de existir», destacan.

Alquilamos piezas únicas que han vivido otras historias y que ahora encuentran nuevas formas de existir

Pero si tenemos dudas de cuáles son esas prendas y accesorios que se convierten en imprescindibles en cualquier armario, las emprendedoras no dudan: unas botas cómodas y unas gafas de sol son siempre una buena inversión. Y es que, si algo tienen claro María y Ana es que la moda trasciende el tiempo (si elegimos bien). 

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