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La corbata es tendencia clave en Madrid, y Aitana lo demuestra
La moda en Madrid siempre ha sido un reflejo del dinamismo y la innovación que caracterizan a la ciudad. Esta temporada, un accesorio inesperado ha tomado protagonismo en los armarios femeninos: la corbata. Lejos de ser un complemento exclusivo del vestuario masculino, este elemento ha logrado reinventarse como un símbolo de empoderamiento y sofisticación en la moda femenina.
Las calles madrileñas se han convertido en el mejor escaparate de esta tendencia. Desde eventos de moda hasta encuentros informales, cada vez más mujeres se atreven a incorporar la corbata en sus estilismos, adaptándola a diferentes contextos y estilos personales. Este auge responde no solo a la reinterpretación de las normas de vestimenta, sino también a una creciente influencia de celebridades y diseñadores que han apostado por este complemento para aportar carácter y personalidad a sus looks.
El resurgimiento de la corbata en la moda femenina no es casualidad. Antes era solo un complemento, pero este año se ha convertido en el protagonista absoluto de los mejores looks. Históricamente, ha sido un símbolo de poder y formalidad en el vestuario masculino, pero con el tiempo, muchas mujeres lo han adoptado, desafiando los roles de género establecidos. Desde figuras icónicas como Marlene Dietrich y Diane Keaton hasta las nuevas generaciones de influencers y artistas, la corbata ha trascendido su origen tradicional para convertirse en un elemento de expresión personal y empoderamiento.

Aitana y Vicky Martín Berrocal confirman que la corbata es el accesorio estrella de la temporada
La tendencia de las corbatas en Madrid ha encontrado seguidoras en mujeres de diferentes generaciones, y entre ellas están Aitana y Vicky Martín Berrocal. Cada una, con su estilo personal, ha demostrado cómo este accesorio puede encajar en estilos muy distintos, desde los más juveniles hasta los más sofisticados.
Durante su visita a La Revuelta, Aitana apostó por un look con guiños al estilo masculino, pero con un toque de sensualidad. La cantante combinó una blazer oversize de raya diplomática con microshorts a juego, una corbata negra y una camisa blanca. Un conjunto que, a primera vista, podría parecer clásico, pero que, gracias al equilibrio entre las prendas estructuradas y las piezas más ligeras, adquiría un aire moderno y atrevido.

Lo interesante de su elección es cómo reinterpretó una combinación tradicionalmente masculina y la adaptó a su propio estilo. La clave estuvo en el contraste: la blazer de líneas marcadas y la corbata daban ese punto sofisticado, mientras que los microshorts aportaban frescura y un guiño juvenil. Un conjunto que no pasó desapercibido y que confirma que la corbata no solo encaja en estilismos formales, sino que también puede convertirse en el detalle estrella de un outfit rompedor.
Vicky Martín Berrocal, por su parte, también se sumó a esta tendencia en su reciente noche con amigas, demostrando que la corbata no es solo para eventos elegantes o estilismos de oficina. La diseñadora apostó por una combinación atemporal, con una americana marrón, camisa azul y una corbata negra. Un conjunto que encarna perfectamente esa elegancia relajada que tanto gusta y que demuestra que un accesorio puede marcar la diferencia en un look aparentemente sencillo.

Su elección refleja una forma más clásica, pero igualmente efectiva, de incorporar este complemento. La corbata en su estilismo aporta un aire sofisticado sin resultar excesivamente llamativa, funcionando como un elemento que unifica el conjunto y le da un punto de originalidad. Un claro ejemplo de cómo este accesorio puede adaptarse a diferentes estilos y edades sin perder su esencia.
El auge internacional: la corbata conquista el street style de las semanas de la moda
Lo que en un principio parecía un guiño nostálgico a la sastrería clásica se ha convertido en un fenómeno global. Durante las Fashion Weeks de ciudades como Londres o Nueva York, este accesorio ha sido un elemento clave en los looks de editoras, estilistas e influencers. La corbata ha dejado de ser exclusiva del armario masculino y se ha convertido en un símbolo de estilo y personalidad. En la calle, la hemos visto combinada con trajes oversize que refuerzan su estética clásica, pero también en estilismos más relajados, con camisetas básicas o jerséis de punto, demostrando su versatilidad.

Las celebrities tampoco han tardado en sumarse a esta tendencia, llevándola a otro nivel. Nicole Kidman ha sido una de las últimas en demostrar el potencial de la corbata en la moda femenina. La actriz apareció recientemente con un estilismo en el que este accesorio añadía un punto de sofisticación y rebeldía a su look, reafirmando que la corbata es mucho más que un complemento clásico. Su presencia en alfombras rojas y eventos de alto perfil no ha hecho más que reforzar su impacto global, confirmando que esta tendencia ha llegado para quedarse.

Pero si algo ha demostrado la moda es que las tendencias siempre pueden reinventarse. El detalle más visto en los bolsos de Madrid (y que está conquistando el mundo de la moda) ha encontrado un nuevo aliado en las corbatas. Algunas expertas en moda han ido un paso más allá y han empezado a utilizarlas como adorno para sus bolsos, anudándolas a las asas a modo de pañuelo o incorporándolas con charms para darles un toque más personal y desenfadado. Este giro inesperado demuestra que, aunque la corbata nació como un complemento formal, su versatilidad permite que se adapte a nuevas formas de expresión dentro del street style.

Este uso innovador no solo aporta un aire más lúdico a la tendencia, sino que también refuerza la idea de que la moda está en constante evolución. Lo que antes se consideraba un accesorio exclusivamente masculino ahora no solo se ha integrado en el armario femenino, sino que ha trascendido su función original para convertirse en un elemento decorativo con infinitas posibilidades. Desde looks más sobrios hasta apuestas más arriesgadas, la corbata demuestra que es un símbolo de creatividad y estilo en todas sus formas.
Está claro que ha dejado de ser un accesorio exclusivo de la sastrería masculina para convertirse en una pieza imprescindible en el armario femenino. Esta tendencia ha demostrado su capacidad para adaptarse a cualquier estilo. Y viendo su impacto en las calles y en las redes, todo apunta a que seguirá siendo un básico de moda en los próximos meses.