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de aperturas sexies al boho chic desenfadado
Todas estamos hartas del frío, y quien diga lo contrario miente. Buscamos el sol, el calorcito y es idea de que el termómetro suba, los días se alarguen y el armario pida a gritos un cambio de temporada. La primavera/verano 2025 nos trae una oleada de tendencias que ya han conquistado las pasarelas y que prometen convertirse en el uniforme estrella de la temporada; y una de ellas son las tendencias en vestidos.
Es el básico más elegante y cómodo que permite vestirnos sin emplear demasiado esfuerzo (o dolores de cabeza). De este modo, durante los próximos meses, encontraremos un baremos de opciones que va desde siluetas etéreas hasta explosiones de color y guiños al minimalismo de los 90, que tendrán un objetivo clave, apto para todas las edades, estilos y ocasiones: dominar el street style con actitud y frescura.
Qué tendencias en vestidos primavera 2025 reinarán según el street style
1. Transparencias estratégicas: el arte de insinuar
Los diseñadores han hablado y el mensaje es claro: la sensualidad se lleva con inteligencia. Esta temporada, el juego entre lo que se muestra y lo que se esconde alcanza un nuevo nivel de sofisticación. Firmas como Valentino y Nensi Dojaka han apostado por vestidos con transparencias colocadas estratégicamente, jugando con capas de tul, organza y tejidos vaporosos que revelan sin mostrar demasiado.
La clave de esta tendencia radica en la sutileza y el equilibrio. Se trata de insinuar, no de exhibir, y para ello, los diseños incluyen cortes delicados, superposiciones fluidas y detalles inesperados como encajes casi imperceptibles. ¿Cómo llevarlo sin perder elegancia? Apostando por accesorios minimalistas, combinando con lencería bien pensada y eligiendo siluetas depuradas que aporten estructura al conjunto.
2. Maxi volumen: dramatismo asegurado
Si eres de las que aman hacer una entrada triunfal, los vestidos con volúmenes exagerados serán tu mejor aliado. Esta temporada, los diseñadores han llevado la exageración a su máxima expresión con piezas que combinan dramatismo y elegancia en dosis perfectas.
Balmain, Loewe y Alexander McQueen han elevado la silueta a niveles esculturales con faldas de gran amplitud, mangas abullonadas y fruncidos estratégicos que convierten cada prenda en una verdadera obra de arte. Los tejidos, desde tafetán hasta organza estructurada, juegan un papel crucial en esta tendencia, proporcionando ese efecto de impacto visual sin perder movimiento.
¿El truco para equilibrarlo? Apostar por colores neutros o pasteles suaves para suavizar el dramatismo, y llevarlo con accesorios sencillos que permitan que el vestido sea el absoluto protagonista.
3. Minimalismo 90s: el regreso de la sencillez
Los vestidos de líneas limpias y cortes impolutos resurgen con fuerza esta temporada. Si la máxima menos es más tiene un año de protagonismo, sin duda es este. Fendi y Ferragamo lideran la tendencia con diseños en tonos neutros, escotes rectos y tejidos fluidos que evocan la estética relajada y pulida de los 90.
Los materiales como la seda, el lino y el crepé ligero refuerzan la idea de una elegancia sin esfuerzo, mientras que las siluetas depuradas permiten que la prenda se adapte a cualquier ocasión, desde una comida informal hasta una noche especial. ¿La mejor forma de llevarlos? Con sandalias de tiras finas, discretos toques de joyería dorada y un beauty look effortless con piel jugosa y labios en tonos nude.
4. Colores vitamina: explosión de energía
El dopamine dressing sigue presente y los vestidos en tonos vibrantes serán la clave para inyectar optimismo al armario. Esta temporada, la moda nos invita a jugar con la paleta cromática y atrevernos con combinaciones inesperadas. Desde el verde más intenso de Versace hasta el rojo eléctrico de Stella McCartney, esta tendencia grita diversión, frescura y una actitud arrolladora.
Colores como el verde lima, el azul cobalto y el naranja neón han invadido las pasarelas, recordándonos que la moda también es una cuestión de emociones. ¿Cómo incorporarlos sin que el look resulte excesivo? Optando por cortes sencillos y tejidos ligeros, equilibrando con accesorios en tonos neutros y dejando que el color sea el protagonista.
5. Estética boho actualizada
El espíritu bohemio se reinventa con un toque más sofisticado. Chloé e Isabel Marant han apostado por vestidos fluidos con bordados artesanales, flecos sutiles y detalles de crochet en tonos tierra. En definitiva, un estilo que se siente relajado pero que se ve elegante, ideal para los días de playa o las escapadas de fin de semana.
6. Metalizados de día y de noche
Si creías que los vestidos metalizados eran solo para la noche, esta temporada llega para cambiar las reglas. Diseñadores como Paco Rabanne y Gucci han reinterpretado los tejidos brillantes en versiones más ligeras y relajadas, perfectas para llevar desde un brunch hasta una cena especial. ¿El truco? Combinar con sandalias planas o deportivas para un contraste inesperado.
7. Vestidos cut-out: la tendencia que no se va
Llevamos temporadas viéndolos y en 2025 siguen evolucionando. Los vestidos con aberturas estratégicas se mantienen en el radar, ahora con formas más geométricas y en versiones más sofisticadas. Michael Kors y Mugler han apostado por diseños que juegan con el efecto de «mostrar y esconder», logrando una estética sexy pero elegante.