Qué es el ‘power suit’, el traje con el que Giorgio Armani revolucionó la moda femenina

La industria de la moda está de luto. Giorgio Armani, maestro de la sobriedad elegante, ha fallecido dejando un legado que trasciende las pasarelas. Su visión, basada en la comodidad, cambió para siempre la forma de vestir tanto de hombres como de mujeres. El italiano entendió que la moda debería ser práctica, sin renunciar al estilo.

La carrera del diseñador ha estado plagada de logros. Considerado para muchos expertos como el rey de la moda, fundó su imperio en la década de los 70, pasando de ser un diseñador nada acreditado a llegar a ser una de las figuras más importantes del mundo de la moda. 

El lanzamiento de la primera colección de Armani en 1975 fue todo un éxito que sorprendió al mundo. Desde que empezó, sus diseños desafiaban las normas preestablecidas y, en lugar de seguir las tendencias de la época, proponía una estética mucho más relajada y sobria: un traje desestructurado que eliminaba el forro, las hombreras exageradas y las siluetas encorsetadas, transformándolo en un traje mucho más fluido con una caída natural que permitía una mayor libertad en el movimiento. 

Tras haber revolucionado el traje para hombres, Armani decidió ampliar su visión con la ropa de mujer y lanzó su colección femenina, que rompió con los clichés del estereotipo. El italiano ofreció a las mujeres una opción más elegante, sencilla y poderosa, creando el famoso power suit.

El ‘power suit’, el traje más novedoso de la historia de la moda

La aparición de este traje llegó en la colección Primavera-Verano de 1976. Armani adaptó el traje de chaqueta y pantalón masculino al cuerpo femenino, eliminando la rigidez y ofreciendo una silueta más fluida. Las hombreras aportaban presencia, pero sin caer en el exceso, mientras que las telas ligeras permitían mayor libertad. La clave estaba en equilibrar autoridad y comodidad. 

El propio diseñador lo definió años después con una frase que se ha convertido en el lema: »La verdadera elegancia es no sentirse prisionero de la ropa». Esa filosofía lo diferenció de otros diseñadores de la época, que apostaban por la ostentación o adornos recargados. Giorgio, en cambio, defendía que la elegancia residía en la sobriedad, en los cortes precisos y en el buen gusto sin exceso.

Durante los años 80, el power suit se consolidó como el emblema de empoderamiento femenino. En un contexto en el que las mujeres buscaban abrirse a un mundo dominado por los hombres, el traje de Armani se convirtió en una armadura contemporánea.

El concepto de power dressing no solo respondía a una tendencia estética, sino también social y cultural. El empresario ofreció a las mujeres la posibilidad de proyectar autoridad y confianza sin sacrificar su comodidad, consiguiendo mantener el equilibrio entre la fuerza y la sofisticación.

El profesor Juan Ferrando, director del grado en Diseño de Moda de la Universidad Nebrija, explica: »Definir el concepto de power suit de Giorgio Armani con el que revolucionó la moda en los 80 es hablar de historia del traje y de la moda del siglo XX. Cuando hablamos del estilo Armani estamos entendiendo que se trata de un modo de vestir a la más pura moda italiana, un traje de vestir casi uniforme, tanto para hombres como mujeres, con unos tejidos, un corte, una silueta y unos detalles muy característicos. Se trata de una silueta relajada, casi oversize, que no constriñe el cuerpo ni lo realza, sino que deja que exista movimiento entre el cuerpo y el tejido. Esa es casi la principal característica cuando hablamos de un traje de corte italiano».

Innovación y confianza en su estilo

Lo más sorprendente de Armani fue su capacidad de crear estilos originales pero sin traicionar su identidad. Temporada tras temporada, sus colecciones parecían nuevas pero siempre reconocibles. Su estilismo mediterráneo clásico y seductor conquistó tanto a Europa como a Estados Unidos, Asia y Latinoamérica. Además, fue el pionero en crear un verdadero imperio de moda: desde su firma principal Giorgio Armani hasta Emporio Armani, Armani Prive, cosmética, perfumes, muebles e incluso hoteles.

Ferrando lo resume así: »Ha sido uno de los primeros diseñadores en trasformar su nombre en un imperio global. Lo hizo adelantándose a su tiempo, pero siempre desde el clasicismo. Armani ha demostrado que se puede innovar sin perder la esencia. Su estilo no solo gustaba en Europa, también es Asia y América donde supo adaptar su visón sin renunciar a la sobriedad italiana».

El power suit es, y sigue siendo, una prenda universal. Además, no solo creó un traje: inventó un lenguaje de poder, confianza y sofisticación. Su propuesta minimalista redefinió la moda femenina y masculina liberando a las prendas de la rigidez del pasado y ofrecido una nueva forma de elegancia, aquella que se sostiene en la simplicidad y en la libertad de movimiento.

El mundo de la moda se queda huérfano

Con el fallecimiento de Giorgio Armani, el mundo de la moda pierde a uno de sus grandes pilares, un genio que supo adaptarse y reinventar las tendencias, creando su propio camino en una industria en la que destacar es complicado, y el hacerse un nombre, aún más.

Gadea Maier, co-directora del Máster de marketing de moda y belleza del EAE Business School así lo cuenta: «Armani no fue solo un diseñador: fue un visionario que transformó el arte de vestir. Revolucionó la sastrería con cortes suaves y una elegancia silente que ha inspirado a generaciones. Su sello, esa fusión de esmero, autonomía creativa y estética atemporal, redefinió la presencia del lujo práctico en el prêt-à-porter global. Creó un imperio que trasciende la moda: desde Emporio Armani hasta hoteles, perfumes, decoración y más, todo fundado en principios de coherencia, sofisticación y autenticidad. Como directora del Máster en Moda y Belleza de EAE, creo que somos unos privilegiados por haber vivido una era con genios como él».

«Su legado nos invita a mirar hacia el futuro con lo aprendido: cultivar la excelencia, la disciplina y el respeto por la visión personal. Hoy su ausencia deja un vacío, pero también un legado vivo que seguirá guiando a las próximas generaciones de creadores», añade.

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