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la colorida moda que Zara quiere imponer este otoño
Zara parece haber tomado fiel nota de la colección otoño-invierno 2025/2026 presentada por Saint Laurent en París. El que en la década de los 80 se convirtiera en el maestro del color block —la combinación de tonalidades opuestas en la rueda de colores para crear las combinaciones más sorprendentes—, ahora, ha viajado desde sus fuentes fundacionales en Marrakech para inspirar el más nuevo lanzamiento del gigante de Inditex. Suede colorama es el primer adelanto de Zara para la nueva temporada: una colección que abraza el tejido de ante en todas las prendas posibles, pero que se aleja del ya clásico color camel para teñirse de amarillos claros, azules electrizantes o los más cálidos verdes.
Los tonos con mayor protagonismo en esta nueva colección son, sin duda, el amarillo mantequilla —herencia directa de la temporada pasada—, y el azul eléctrico. Dos colores intensos y aparentemente opuestos que encuentran en el otro su mejor aliado cromático. Sin embargo, Zara se adelanta también a combinarlos con verdes terrosos o fucsias saturados, demostrando que el límite del color está solo en nuestra imaginación. Estas tonalidades aparecen sobre chaquetas estructuradas, pantalones rectos o incluso bolsos de mano, donde el juego cromático se convertirá en el verdadero protagonista de los estilismos de otoño.
Por su parte, el rosa chicle y el rojo vibrante también se suman a este lúdico despliegue de colores. Tradicionalmente vista como una combinación polémica (incluso prohibida a veces), esta mezcla ha sido reivindicada por algunos de los perfiles más influyentes del mundo de la moda. Zara no ha tardado en recoger esta tendencia, traduciéndola en conjuntos monocolor que fusionan tops sin mangas con faldas amplias o de flecos. El resultado: looks potentes, cargados de energía, perfectos para inyectar algo de color en los primeros días grises del otoño.
Por último, el verde se posiciona como uno de los tonos indispensables de esta colección, presentándose sobre el ante en una sorprendente variedad de matices: desde el musgo más sobrio hasta el pistacho más fresco, pasando por un elegante oliva. Un color cálido y terrenal que promete protagonizar gabardinas, vestidos largos y faldas rectas. No obstante, esta explosión cromática no supone el abandono del clásico marrón claro o camel que, una vez más, regresa como la opción más versátil y atemporal, completando el espectro de posibilidades para quienes aún apuestan por un estilo más neutro.