Los hombres somos más aburridos

Hay quienes conquistan Hollywood, y luego están quienes, tras hacerlo, deciden reinventarse… con aguja e hilo. Así es Antonio Banderas, el eterno galán malagueño que ha sabido girar su carrera hacia un universo inesperado: el diseño de moda masculina.


En 2016, lejos de los focos de los rodajes y las alfombras rojas, el actor sorprendía con su primera incursión en la moda, firmando una colaboración con Selected Homme, una marca danesa que comparte su visión por la elegancia accesible con tejidos que piensan en la sostenibilidad.

Antonio Banderas: del cine a la pasarela, el giro más inesperado (y elegante) de su carrera

El resultado de tanta creatividad no podía ser otro que el lanzamiento de dos colecciones cápsula que combinaban el estilo atemporal con un toque mediterráneo sofisticado. Banderas no solo prestó su imagen: dibujó, seleccionó tejidos, pensó siluetas. En otras palabras, se arremangó y se lo tomó en serio poniéndose a estudiar.


Antonio Banderas


Como lo lees. No, no fue un capricho pasajero. Se formó en Central Saint Martins, la mítica escuela de Londres que ha visto pasar a leyendas como Alexander McQueen, John Galliano o Stella McCartney. “Quería entender de verdad cómo se construye una prenda. No solo tener ideas, sino saber ejecutarlas”, confiesa en una charla reciente. Aunque un problema de salud le obligó a pausar esa formación, su amor por el diseño sigue latiendo fuerte.

Un estilo con alma mediterránea y corazón vintage

¿Y cómo viste un hombre como Banderas cuando tiene el control total del diseño? Con personalidad, memoria y mucho Mediterráneo. En su imaginario estético hay referencias claras al cine europeo de los años 50 y 60, a íconos como Jean-Paul Belmondo, María Callas o Fellini, al espíritu glamouroso de los Festivales de Cannes y San Remo, a ese sabor, a artisteo y mar… con razón adora vestir de blanco impoluto y azul intenso.


Su armario ideal se divide en tres universos:

  1. En el día a día es fiel a sus vaqueros, camisetas sencillas y cazadoras de cuero que evocan una masculinidad relajada y segura.

  2. El cóctel sofisticado, perfecto para un afterwork o una cena elegante sin llegar al esmoquin, lo ponen unos pantalones chinos, un blazer con un toque de color, y unos polos bien entallados.

  3. La alfombra roja, donde el negro profundo y los cortes precisos dominan la escena. Banderas no duda, lo que funciona no hay por qué cambiarlo: el esmoquin es una declaración de poder masculino cuando se lleva perfectamente bien entallado al cuerpo.

¿Y qué pasa con la moda femenina?

Aunque su universo creativo gira, por ahora, en torno al hombre, Banderas no descarta dar el salto al diseño para mujer. “Sé exactamente cómo me gustaría vestir a una mujer”, dice con seguridad, “pero es un universo tan amplio, tan rico, que merece toda mi concentración. No quiero improvisar en estos momentos… Crear para los hombres me exige menos, los hombres somos más aburridos”.

No es falta de valentía —Antonio asegura que se atreve con todo—, sino respeto por la complejidad del cuerpo y el vestir femenino. “En el armario masculino, la variación está en los detalles: un gemelo diferente, una corbata más fina. Pero el vestuario de la mujer cambia completamente: texturas, colores, siluetas, tejidos. Es otro lenguaje.

Moda y Miami: un romance bajo el sol

Si hay una ciudad que le roba el corazón, es Miami. Banderas no solo es habitual en los desfiles de la Miami Fashion Week, sino que ha encontrado en la ciudad una especie de refugio creativo y emocional. “Ese aire caribeño me cura de todo”, comenta entre risas. “Y escuchar español en cada esquina me recuerda que nuestras raíces están vivas, aunque algunos no quieran aceptarlo”.

Durante su última visita a la semana de la moda, el actor desfiló —metafóricamente— por front rows, cócteles y eventos acompañado de su pareja, Nicole Kimpel, con quien comparte pasión por el arte, el estilo de vida saludable y, cómo no, la moda.

De Hollywood al atelier: el nuevo Banderas

Lejos de ser una cara famosa más que presta su nombre a una etiqueta, Antonio se lo ha tomado en serio. No es un “actor con línea de ropa”, sino un creador que entiende la moda como una forma más de contar historias. Y si bien no ha dejado el cine —ni piensa hacerlo—, confiesa que su nueva faceta como diseñador le ha permitido redescubrirse.

“Diseñar es como actuar. También se trata de ponerse en la piel de otro: ¿Cómo se sentirá este hombre con esta prenda? ¿Qué historia quiere contar con ella?”, reflexiona.

Un sueño que continúa

Aunque su formación en Central Saint Martins se vio interrumpida por un susto de salud con el infarto sufrido —retiro y recuperación includa—, Antonio no ha colgado los patrones. Sigue trabajando en nuevas ideas y, según rumores que corren en los bastidores de la moda europea, podría estar planeando una futura colección más ambiciosa. ¿Veremos pronto una línea femenina bajo su firma? Solo el tiempo lo dirá.

Lo que está claro es que Antonio Banderas ha cruzado la pasarela del actor al diseñador con elegancia, visión y mucha autenticidad. Y en un mundo lleno de artificios, eso vale oro.



Fuente