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La moda salta al césped: El Pulpo, Rotate y Lancerto visten la Eurocopa femenina
De la pasarela al túnel de vestuarios. La Eurocopa Femenina 2025, que se celebra hasta el próximo 27 de julio en Suiza, celebra su edición número catorce en un contexto de negocio creciente. Deloitte cifra los ingresos globales del fútbol femenino en 820 millones de dólares para 2025, frente a 740 millones en 2024. Y el torneo se ha convertido en un escaparate donde deporte, identidad, márketing y cifras confluyen.
Las federaciones de España, Dinamarca y Polonia han elegido marcas locales para vestir a sus selecciones fuera del césped. El Pulpo, Rotate y Lancerto aplican ADN nacional y objetivos de negocio distintos, pero comparten un mismo marco: la profesionalización del deporte femenino y la oportunidad de reputación que ofrece su visibilidad internacional. Estas alianzas institucionales se suman a los contratos multianuales de las grandes marcas deportivas, como Adidas, Nike, Puma y Hummel, que dominan las equipaciones de juego.
El Pulpo estrena traje gallego en la Roja, Rotate viste de flores a las danesas
La Rfef amplía hasta 2026 su acuerdo de sastrería con El Pulpo. La firma gallega, que registró, 12,5 millones de euros de facturación en 2024, equipa por primera vez al combinado femenino con un dos piezas de corte relajado, gomas laterales y lana fría que facilita el movimiento en viajes y actos oficiales. El objetivo de la marca es capitalizar la exposición mediática y proyectar una identidad made in Galicia en una plataforma global como la Eurocopa.
Fundada en 2018 por Jeanette Madsen y Thora Valdimars, Rotate firma su primer contrato con la Federación Danesa. El uniforme huye de la sastrería tradicional, apostando por camiseta azul con flores bordadas, shorts, polos y gorras.
Con 16 millones de euros de ingresos en 2023, la firma consolida su estrategia de diversificación tras su cápsula con la empresa de equipamiento Hummel, reforzando su alcance en segmentos urbanos y deportivos donde la estética y el storytelling son clave.
Por su parte, la selección femenina de Polonia confía en Lancerto, una marca local que elevó sus ventas en 2023 a 28,6 millones de euros, para su estreno continental. En colaboración con el bloguero Mr. Vintage, la empresa de moda presenta una cápsula de trajes fabricados íntegramente en Polonia, destinados a desplazamientos y actos protocolarios. La operación permite a Lancerto posicionarse en el segmento premium de sastrería a medida, subrayando su apuesta por la producción nacional y la moda responsable.
Adidas y Nike dominan el terreno de juego
Las equipaciones de partido siguen en manos de los gigantes del deporte. Adidas viste a Bélgica, Alemania, Italia, Suecia, España y Gales; Nike a Inglaterra, Francia, Países Bajos, Noruega, Finlandia y Polonia. Cada contrato top ronda los seis millones de euros anuales, según fuentes de mercado, con vigencia hasta 2026.
Puma equipa a Islandia, Portugal y la anfitriona Suiza, mientras Hummel apuesta por Dinamarca. El reparto evidencia la batalla por un nicho en plena explosión: la categoría de deporte femenino facturó 29.700 millones de dólares en 2024 y, según Grand View Research, crecerá a doble dígito anual hasta 2030, impulsada por la profesionalización de la categoría y la demanda de prendas de alto rendimiento con enfoque de género.
En paralelo, el deporte femenino también seduce al lujo. Emporio Armani viste a la selección italiana, tanto a la masculina como a la femenina, desde 2019 con trajes en lana termorreguladora y corte slim. El acuerdo sitúa a la maison como pionera entre las grandes casas en trasladar su sastrería al fútbol femenino.
Por ahora, colaboraciones similares de Hugo Boss con Alemania o Burberry Inglaterra con se limitan al ámbito masculino, lo que refuerza la posición de Armani y anticipa nuevas sinergias entre moda de lujo y deporte de élite.
El resultado es un ecosistema donde sastrería local, multinacionales del deporte y marcas de lujo compiten por titularidad visual y retorno económico. La Eurocopa 2025 confirma que el fútbol femenino es ya algo más que un fenómeno deportivo, es un terreno fértil para la moda y los balances de resultados.