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30 años después de estrenarse ‘Clueless’, todavía hay gente que no entiende lo inteligente que es y cómo su legado es tan grande como el de ‘Chicas malas’
A mediados de los años 90, el cine para adolescentes estaba especialmente marcado por los dramas intensos, los romances trágicos y los personajes rebeldes, y aunque muchas películas fueran formulaicas y tendieran a repetir patrones una y otra vez, hubo cierto espacio para la novedad y las risas. De hecho, fue en este contexto cuando apareció ‘Clueless‘, una comedia romántica tan icónica que nunca pasará de moda.
Escrita y dirigida por Amy Heckerling (que también dirigió ‘Aquel excitante curso’), esta comedia es una adaptación libre de ‘Emma‘ que sitúa el universo de Jane Austen en el mundo superficial y brillante de los institutos de Beverly Hills. Y también empezó siendo una película banal que, con los años, terminó convirtiéndose en una de las comedias románticas más influyentes de su generación.
Todo comienza con Cher (Alicia Silverstone) y Dionne (Stacey Dash), dos de las chicas más populares del instituto. Su mayor preocupación es llevar la ropa más atractiva y ser tan populares como sea posible, pero empiezan a surgir complicaciones.
Puede que, después de todo, la clave del éxito esté en el tono, porque en vez de reírse de sus personajes, ‘Clueless’ expone su superficialidad de tal forma que no resulta difícil de crecer. La película apostó por el humor irónico sin caer en el cinismo, y su forma de retratar la adolescencia no se apoyaba en el conflicto generacional o el drama social, sino en algo aún más universal: el deseo de encontrar tu lugar en el mundo, con humor, tropiezos y, de paso, un estilo impecable.
Y treinta años después de su estreno, sigue siendo un icono viva de la cultura pop, por su frescura y también porque supo capturar una época con más inteligencia de la que muchos quisieron admitir en su momento.
En la sencillez está el buen gusto


Aunque en la superficie parece un desfile de moda, frases hechas y adolescentes hiperprivilegiadas, bajo la fachada de ‘Clueless’ (que está disponible en Netflix y Disney+) hay una sátira social muy eficaz. Y no hay que escarbar mucho para encontrarla.
Amy Heckerling no solo supo reubicar la narrativa de Austen en Beverly Hills, sino que construyó un retrato muy consciente del narcisismo de los 90, con una sensibilidad femenina que aún brillaba por su ausencia en el cine de la época. La mirada de la directora era sofisticada, accesible, crítica y nunca llegaba a ser condescendiente.
En otras palabras, ‘Clueless’ es mucho más que una comedia divertida. Es una historia sobre personas que quieren mejorar y que no lo hacen solo por presión externa. Y esa es una de las razones por las que su arco funciona tan bien. Cher no cambia para gustarle a un chico o por encajar, lo hace porque se da cuenta de que su visión del mundo era muy limitada, y ese tipo de evolución es más genuina y poderosa que la que vemos en muchas comedias románticas más artificiales.
Al igual que ha ocurrido con ‘Chicas malas‘ o ‘Una rubia muy legal‘, ‘Clueless’ ha terminado siendo una película muy influyente por su estética, su lenguaje visual y su manera de retratar las inseguridades de los adolescentes.
Fue una de las primeras películas que permitió que una protagonista femenina se pudiera permitir ser tonta sin que la menospreciasen y tenía mucha inteligencia emocional para lo que acostumbrábamos a ver en aquellos años. Además, su lenguaje visual y su tipo de humor ayudaron a moldear un estilo que luego se usaría en el cine para adolescentes.
En otras palabras, podría resumir diciendo que sin ‘Clueless’ no existirían muchas de las ficciones juveniles más exitosas. Y no estaría exagerando.
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